La simetría de los codos al caer.
Como si fuera necesario
Mantener el equilibrio de las cosas
Movemos un brazo y luego movemos otro
Para no caernos.
Y después con el derecho
Para caminar sin sorpresas
Y claro no hay tercer pie
Así que eso es todo por allí.
Lo mismo
con lo que resta del cuerpo
coronado por una cabeza
ni dos ni tres
que supondrían
construir un equilibrio diferente.
Por eso, cuando caí
Y me lastimé el codo izquierdo
Una herida fea y dolorosa
Se prefiguraba
Una nueva caída
Golpeando duro las baldosas
O el asfalto
con el codo derecho
algo que hiciera
Rebotar al cuerpo
Y que diera por resultado
Dos codos rotos
Y heridas replicadas
Para que el equilibrio del cuerpo
No se pierda.
La simetría de los codos al caer.