febrero 28, 2007

Primero,
pensaste en tu red bonita.
Una cena de rubí
y hasta una moto de ruta.
Después, urdiste el plan.
Tu voz de Ella Fitzgerald
en los bordes.
Tu gemido Etta James,
para el camino perdido.
A la hora señalada,
apuntaste, y, ¡bang!
El rostro asustado,
secuestrado de placer.
Mi cuerpo estallado por todos lados.
Y allí bailaste.