noviembre 24, 2011

Cada vez que abro o cierro el libro.
Cuando apago la tele.
Enciendo la computadora.
Voy en tren.
Si salgo de casa
o me encierro.
Veo tu foto.
Porque ahí me sonreís.
No recuerdo si me sonreíste
la última vez que nos vimos.
Me imagino que así es mejor
y cuando te vea nuevamente
vas a sonreír como en la foto.
Porque si no me sonreís
siento que el piso se abre
todo se confunde
y me atrapan brazos grises
y hace frío
y no entiendo cuando me hablan.
Pero si me sonreís
el mundo es bueno
y sé que hacer
y corro sin problemas
y soy un Julio Verne
que viaja a la Luna,
al centro de la Tierra,
y doy la vuelta al mundo
viajando en tu foto, que me sonríe,
en ochenta días y ochenta noches.

noviembre 10, 2011

Con mi libertad condicional
no puedo hacer mucho.
Por ejemplo, no puedo cantarte el arroz con leche
cada mañana.

Ni hacerte tostadas con pan de centeno,
aunque esten quemadas...
O ponerte azúcar, y comer tu miel.
Pero se me permite prepararte la ducha
y mirar tu silueta
por la cortina traslúcida.
Luego, pasarte una toalla (si pedís).
Ese es el castigo.
Màs tarde, puedo regresar al pabellón.

noviembre 08, 2011

¿Quién lavará la ropa?
No nos ponemos de acuerdo.
Como vamos a dormir juntos
si no sabemos quién va a lavar la ropa.
Yo te pregunto:
¿vos vas a lavar? porque yo lavo
una vez por semana.
No hay mucho olor.
Pero a vos te molesta y no querés lavar.
¿Quién te entiende?
¿Vos lavás todos los días?
Yo no sé, pero no me importa
porque me gusta tu olor.
Hasta una semana,
más de 10 días el olor cambia.
Se pone ácido y no me gusta,
no se puede comer.
Así que otra vez: ¿vas a lavar?
Mirá que no es mucho
tampoco tiene que estar muy limpio
un poco es suficiente.
Los calzoncillos, me los cambio cada tres días.
Eso esta bien.

noviembre 05, 2011

Huelo el azufre intenso
cuando te acercás
con tus zapatos de tacón aguja, rojos, altísimos,
y medís la distancia, soberbia.
Escarmentado,
la demencia me proteje
y no cedo a la tentación
de arrodillarme a tus pies
a recitar un "padre nuestro".
Y me asusto
cuando descubro al oído
el susurro:

"mas líbranos del mal.
Amén".