junio 16, 2006

Vivíamos en La Gran Muralla.
Por entonces, nadábamos en el Yang Tsé.
Allí estaba el Gran Campeón Mao
lanzando salvavidas de libros rojos.
Tío Ho, un dromedario de ideas.
Y Pol Pot, que ganó publicidad
construyendo diques baratos con cadáveres.
Cuando el agua subió y nos contaminó
los doctores sentenciaron:
virus de izquierda, con gangrena de derecha.
Recomendaron amputar.
Cortar aquí. Cortar allá.
Quedó poco.
Con el desecho sanitario
rellenaron las tierras bajas del capitalismo
creando un gran cinturón ecológico.
Hoy, mandan Los Gerentes Saludables.
Que no tienen venéreas.
Ni el Partido Comunista Chino
pudo salvarnos aquella noche.