"Unos hombres preguntaron si ud. vivía acá",
me dice la viejita.
Es la policía secreta que vuelve.
"Servicios", les llaman.
Creen que no sé que estan ahí.
Pero yo, los dejo en sus coches.
Con sus paseos nocturnos.
Sus guardias en la esquina.
Mientras bebo, tiro la ropa al piso
y sintonizo en la radio viejas melodías.
Voy a ducharme.
Estoy bastante sucio.
La piel golpeada.
Que me esperen.
mayo 31, 2006
mayo 22, 2006
mayo 08, 2006
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