Escucho de fondo
el ruido del funcionamiento del mundo.
Es como el motor de una heladera
que por las noches me despierta.
Saco la cabeza de la almohada
y me levanto buscando su origen.
Camino por alfombras y pasillos
y levanto persianas y corro butacas
y no hay caso;
esta en todos lados y
no viene de ningún lugar.
Ahí lo oigo de nuevo,
una frecuencia entre bajos y medios
un volumen casi irreconocible.
No hay nada que hacer.
Me acuesto otra vez.
diciembre 21, 2010
octubre 13, 2010
septiembre 21, 2010
julio 29, 2010
Te absuelvo de tus males hechos
en mis pies descalzos.
De tu voz encantada,
de tu barbarie.
Tu corazón embalsamado en oriente.
Tus rincones de orfebre
en un vientre azul
detenido
hundido en tu ombligo de peras
alrededor del edén
moliéndonos
entre las aspas del sueño
artificio del engaño
del que no despierto.
en mis pies descalzos.
De tu voz encantada,
de tu barbarie.
Tu corazón embalsamado en oriente.
Tus rincones de orfebre
en un vientre azul
detenido
hundido en tu ombligo de peras
alrededor del edén
moliéndonos
entre las aspas del sueño
artificio del engaño
del que no despierto.
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