la caja negra del dolor
no se puede leer.
su presencia
se reconoce
como se reconoce
a los planetas distantes,
por un leve bamboleo
cierto equilibrio perdido
o una descuidada inclinación
efecto de una fuerza
invisible
y poderosa.
septiembre 22, 2008
septiembre 20, 2008
Ví al conductor del camión
cuando bajó y echó a correr
hacia los pastos / matorrales
con paso apresurado,
-demasiado-, pensé.
Caminé hacia el acoplado.
La llave de encendido
me saludaba y sonreí.
Salté a la cabina
y la acaricié con un giro
que despertó al motor.
Aceleré, y marché a la ruta.
Toqué bocina, saludé
cuando los autos pasaban.
Entré al pueblo más cercano.
Estacioné el camión.
Abrí la caja,
todo allí y la sed de otras manos.
Hice un guiño
y me fui.
Poca épica.
Robin Hood lo hacía mejor.
cuando bajó y echó a correr
hacia los pastos / matorrales
con paso apresurado,
-demasiado-, pensé.
Caminé hacia el acoplado.
La llave de encendido
me saludaba y sonreí.
Salté a la cabina
y la acaricié con un giro
que despertó al motor.
Aceleré, y marché a la ruta.
Toqué bocina, saludé
cuando los autos pasaban.
Entré al pueblo más cercano.
Estacioné el camión.
Abrí la caja,
todo allí y la sed de otras manos.
Hice un guiño
y me fui.
Poca épica.
Robin Hood lo hacía mejor.
septiembre 09, 2008
Es más o menos así:
Vos corrés y yo te corro.
Trepás al árbol y me subo.
Saltás al agua y me tiro.
Al rato, te enojás un poco,
sobreactuás,
para que te pelee
y me despidas.
Yo, finjo arrepentimiento.
Vos, que es la última vez.
Después, vos corrés y yo te corro.
Hasta que me trepe otra vez.
Y me despidas.
Yo arrepiento.
Vos última vez.
Después, vos corrés.
Yo trepo.
Te enojás.
Despedida.
Arrepiento.
Ultima vez.
Correr.
Trepar.
Enojo.
Enojo.
Enojo.
Ultima vez.
Vos corrés y yo te corro.
Trepás al árbol y me subo.
Saltás al agua y me tiro.
Al rato, te enojás un poco,
sobreactuás,
para que te pelee
y me despidas.
Yo, finjo arrepentimiento.
Vos, que es la última vez.
Después, vos corrés y yo te corro.
Hasta que me trepe otra vez.
Y me despidas.
Yo arrepiento.
Vos última vez.
Después, vos corrés.
Yo trepo.
Te enojás.
Despedida.
Arrepiento.
Ultima vez.
Correr.
Trepar.
Enojo.
Enojo.
Enojo.
Ultima vez.
septiembre 01, 2008
julio 01, 2008
junio 13, 2008
Tema 7: La pista de Bob Dylan
Con los anteojos negros de Bob
paseo en secreto por la ciudad.
Me cuelgo la armónica en Retiro
y escribo canciones en el andén.
Leo el diario en San Telmo,
y voy silbando blowing in the wind.
Cómplice de los arpegios
soy un espía de la guerra fría.
Calamaro muere de envidia
y quiere arrancarme el botón
de la chaqueta marrón.
Mientras, zombies beben
de las botas de Bob.
Y polizones de negro
me roban la comida.
La gente me confunde por el sombrero raído
y porque desafino como Bob Dylan.
Circulo sin vergüenza por la avenida.
Las postales tienen mi foto.
Me siento en la mesa de un bar
y la gente se pregunta
paseo en secreto por la ciudad.
Me cuelgo la armónica en Retiro
y escribo canciones en el andén.
Leo el diario en San Telmo,
y voy silbando blowing in the wind.
Cómplice de los arpegios
soy un espía de la guerra fría.
Calamaro muere de envidia
y quiere arrancarme el botón
de la chaqueta marrón.
Mientras, zombies beben
de las botas de Bob.
Y polizones de negro
me roban la comida.
La gente me confunde por el sombrero raído
y porque desafino como Bob Dylan.
Circulo sin vergüenza por la avenida.
Las postales tienen mi foto.
Me siento en la mesa de un bar
y la gente se pregunta
¿cómo es que Bob llegó hasta acá?
Le retiro el saludo al Papa.
Regalo púas en el tren.
Canto Times are Changing.
Llegó Bob Dylan, hijo.
Le retiro el saludo al Papa.
Regalo púas en el tren.
Canto Times are Changing.
Llegó Bob Dylan, hijo.
mayo 29, 2008
Por la ruta arrasando puentes
Incendiando campos sojeros
Como un tren bala que saca fuego
Alterados por la guitarra de Hendrix
y la nieta falsa de Janis Joplin
Se me ocurren poesías rockeras
Que terminan siempre mal
Que olvido un segundo después
Persiguiendo los focos rojos
Del camión que baja la pendiente
Antes que la noche pase
Por pueblos y ciudades
Camperas como Niel Young
En hileras de luces sospechosas
Que se despiden al paso y creo
Que el sueño me tiende una trampa
Con moteles baratos
Y carteles de velocidad máxima.
Incendiando campos sojeros
Como un tren bala que saca fuego
Alterados por la guitarra de Hendrix
y la nieta falsa de Janis Joplin
Se me ocurren poesías rockeras
Que terminan siempre mal
Que olvido un segundo después
Persiguiendo los focos rojos
Del camión que baja la pendiente
Antes que la noche pase
Por pueblos y ciudades
Camperas como Niel Young
En hileras de luces sospechosas
Que se despiden al paso y creo
Que el sueño me tiende una trampa
Con moteles baratos
Y carteles de velocidad máxima.
mayo 20, 2008
Erguida, fría, delgada.
En sus tacones
esconde el cuchillo,
como si fuera una sábana.
Me lleva varias cabezas.
Su inteligencia
me reduce a la escuela.
No me da tiempo.
Su belleza saca el arma.
Su respiración marca el paso
de un dolor que viene de lejos.
Se que nunca podré llegar hasta allí.
Un puro acompañante.
Poco me importa.
En sus tacones
esconde el cuchillo,
como si fuera una sábana.
Me lleva varias cabezas.
Su inteligencia
me reduce a la escuela.
No me da tiempo.
Su belleza saca el arma.
Su respiración marca el paso
de un dolor que viene de lejos.
Se que nunca podré llegar hasta allí.
Un puro acompañante.
Poco me importa.
mayo 18, 2008
"El problema no es la plata", dijiste.
Pero yo te conozco,
recordaba bien tu cara
cuando vendimos el auto
y compré el televisor
y los parlantes.
Siempre me pregunté
cuanto aguantarías,
cuando estallarías de nuevo.
"Hay cosas que son necesarias", dije,
mientras abandonaba sobre la mesa
los avisos de empleo.
Pero no entendiste.
Y cuando trajeron los enanitos de jardín,
estallaste de nuevo.
Así no hay forma de seguir.
Pero yo te conozco,
recordaba bien tu cara
cuando vendimos el auto
y compré el televisor
y los parlantes.
Siempre me pregunté
cuanto aguantarías,
cuando estallarías de nuevo.
"Hay cosas que son necesarias", dije,
mientras abandonaba sobre la mesa
los avisos de empleo.
Pero no entendiste.
Y cuando trajeron los enanitos de jardín,
estallaste de nuevo.
Así no hay forma de seguir.
abril 24, 2008
"Que parezca un accidente",
le oí decir,
casi en un susurro.
El lugar equivocado,
el momento equivocado.
Quieto, duro
como una piedra,
sin respirar
sin hacer ruido
sin moverme
el corazón saltándome
oculto
detrás el mueble.
No diré que vi sus rostros.
No que vi la foto que vieron.
Diré no sé nada.
Diré no estuve.
Diré no recuerdo.
Ahí viene la policía.
Fue el presidente, les dije.
le oí decir,
casi en un susurro.
El lugar equivocado,
el momento equivocado.
Quieto, duro
como una piedra,
sin respirar
sin hacer ruido
sin moverme
el corazón saltándome
oculto
detrás el mueble.
No diré que vi sus rostros.
No que vi la foto que vieron.
Diré no sé nada.
Diré no estuve.
Diré no recuerdo.
Ahí viene la policía.
Fue el presidente, les dije.
marzo 19, 2008
marzo 14, 2008
febrero 21, 2008
Traigo mis papeles de la luna.
Son estos.
Espero que me aceptes en tu casa.
Sábados y domingos esta bien.
Después viajo de nuevo.
Y paso la semana allá.
Buena gente.
La de allá, digo.
La de acá, no sé.
Hay buenos mecánicos.
Y las aeromozas son elegantes.
Me distrae mirarlas
cuando superan sus problemas
olvidan sus traumas
y van sonrientes por la luna.
Todos mienten cuando pasan por el lado oscuro.
Como barriendo sus memorias.
Será por eso que vuelvo.
Sábados y domingos esta bien.
Son estos.
Espero que me aceptes en tu casa.
Sábados y domingos esta bien.
Después viajo de nuevo.
Y paso la semana allá.
Buena gente.
La de allá, digo.
La de acá, no sé.
Hay buenos mecánicos.
Y las aeromozas son elegantes.
Me distrae mirarlas
cuando superan sus problemas
olvidan sus traumas
y van sonrientes por la luna.
Todos mienten cuando pasan por el lado oscuro.
Como barriendo sus memorias.
Será por eso que vuelvo.
Sábados y domingos esta bien.
febrero 04, 2008
Tifón de calabazas.
Despedida a ráfagas de turbina en la cocina.
Las ví venir y me cubrí.
Hasta que me golpeó una en la frente, y tropecé.
Ahí mejoré mi finta y empecé a esquivar.
A los tomates... olé!
A las papas... olé!
A tus verduras... olé!
Olé!, a uno, a dos, a tres platos...
Olé!, a los vasos...
Olé, olé!
Olé!, a tus puños.
Olé, olé!
Hasta que te abracé.
Despedida a ráfagas de turbina en la cocina.
Las ví venir y me cubrí.
Hasta que me golpeó una en la frente, y tropecé.
Ahí mejoré mi finta y empecé a esquivar.
A los tomates... olé!
A las papas... olé!
A tus verduras... olé!
Olé!, a uno, a dos, a tres platos...
Olé!, a los vasos...
Olé, olé!
Olé!, a tus puños.
Olé, olé!
Hasta que te abracé.
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