Envuelta en tules de sones cáucasos.
La piel impresionista
bronceada
acaricia el viento
y despierta al templo
sin necesidad de mis rezos.
De su nido, bajan gárgolas avaras
para beber de sus manos.
Mesas con panes de creyentes
en aguas que se abren.
Nadan en su desierto
voces de cuerpos erizados de pesebres.
Soles negros
amordazando el silencio.
Cielos galgos
rompen el sinfín de su mirada.
Un eclipse de ojos claros.
Las emociones del aire.
La lluvia de mi coro esclavo.
Las elipses del amanecer.
Música: arpegios en plan spntt (ok)