abril 12, 2007

Supongo que te resultó extraño
que siguiera hablando y hablando.
Primero, pareció excitarte
eso de las galaxias lejanas,
los agujeros negros,
y las supernovas.
Pero después... te aburriste,
cambiaste el peinado,
pisaste nuestro escarabajo,
y me dejaste silbando al paso
cada luna del mes.
Cuando pasaron las estaciones
y contaba uno en uno
los granos de arena,
volviste, con voz gitana,
por una oportunidad sin alas,
de puro lobo estepario.
Me insiste el recuerdo de esa noche.
Decepcionado.