agosto 05, 2005

Si me dieras de beber
de tus tobillos
los acomodaría en mi mesa de luz,
antes de dormir.
Los convertiría en mis libros,
leería en paz
y soñaría
con musas de madrugada.
Cambiaría mi nombre en la noche.
¡Creería en Dios!
Sé que por la mañana los olvidaría.