¿De dónde llamás?
¿Del último almacén del pueblo?
¿Qué necesidad?
Podrías haber dejado una carta.
O vaciado la casa e irte lejos.
Pero, no. Ese llamado
te trajo de nuevo.
Ahora tengo que matar
al teléfono.
Y ahogarme en sake (que nunca te gustó).
Ya vienen los japoneses con tu padre,
tu hermano y tu tío.
Veo a los samurais de Kioto
que invaden el vecindario y te
secuestran.
Entonces, empiezo a los tiros en el living
escucho sirenas
viene la policía y me lleva.
Les explico de la guerra
de tus ojos de geisha
y no me creen.
Me liberan entre risitas sordas.
Yo me preparo para salir a la noche
a quemar las tintorerías del pueblo.
Todo un patriota.
Ya van a ver.
octubre 30, 2007
octubre 25, 2007
Twittersías III
La mujer pestaña
es un vértigo de piernas
en aceites calvos.
Una cometa china
y unos ojos de gato.
es un vértigo de piernas
en aceites calvos.
Una cometa china
y unos ojos de gato.
octubre 23, 2007
Twittersías II
Autopistas de llovizna
en la costanera de piedras.
Vidas que pernoctan
en zanjas como trincheras.
Disparan con gatillos de palabras
y zapatos de música
sobre una oruga de muñecos
puestos en la ruta
desde hace 50 años.
en la costanera de piedras.
Vidas que pernoctan
en zanjas como trincheras.
Disparan con gatillos de palabras
y zapatos de música
sobre una oruga de muñecos
puestos en la ruta
desde hace 50 años.
octubre 22, 2007
Twittersías I (palabras arrojadas al twitter)
Un collage de zapatillas perdidas
liberan sus pies,
cuentan vientres del futuro,
cuelgan en carcajadas.
Junto a la pared de ladrillos huecos.
Bajo nubes de plomogris.
En sones de veinte truenos.
En el cementerio de secoyas.
liberan sus pies,
cuentan vientres del futuro,
cuelgan en carcajadas.
Junto a la pared de ladrillos huecos.
Bajo nubes de plomogris.
En sones de veinte truenos.
En el cementerio de secoyas.
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